Cómo contribuir al ahorro energético en tu trabajo

Cómo contribuir al ahorro energético en tu trabajo

Si tu conciencia ambiental hace que te preocupe cómo contribuir al ahorro energético en tu vida diaria, este post es para ti. Descubre cómo unos pequeños gestos pueden ayudar a ahorrar energía mientras trabajas. ¡Es bueno para el medio ambiente y también influye de manera positiva en el trabajo de las personas!

¿Te has planteado compartir vehículo?

Especialmente en las grandes ciudades, miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) son generadas por las personas que se desplazan a su lugar de trabajo.

Hacer uso del transporte público es un buen ejemplo de cómo se puede contribuir al ahorro energético. En una ciudad como Madrid, quienes utilizan el metro consumen mucho menos combustible y generan tres veces menos dióxido de carbono (CO2) que los que usan su coche.

Sin embargo, muchas personas encuentran complicado utilizar este tipo de transporte ya que las paradas de metro, tren o autobús están muy alejadas de sus domicilios o lugares de trabajo. En estos casos, lo más recomendable como método para contribuir al ahorro energético es compartir coche; un hábito poco extendido en nuestro país. Según el estudio Seguridad vial en el entorno laboral realizado por Arval, la compañía de movilidad de BNP Paribas, solo el 11,6% de los conductores reconoce compartir coche para ir al trabajo. ¡Y eso que podrían reducir los gastos de transporte hasta en una cuarta parte si viajaran con otras personas!

Utiliza las luces de forma inteligente

¿Cómo contribuir al ahorro energético en el sistema de iluminación? Estos consejos ayudan a lograrlo:

  • Sustituye las bombillas tradicionales por otras eficientes, que consuman menos energía, cuya vida útil sea lo más larga posible. Aunque el coste sea ligeramente más elevado, el ahorro energético compensa la inversión realizada.
  • No enciendas las luces si no es imprescindible. Aprovechar la luz natural es fundamental y, en muchas ocasiones, se puede lograr tan solo redistribuyendo los puestos de trabajo.
  • En las habitaciones desocupadas, apaga las luces aunque permanezcan vacías durante cortos periodos de tiempo. ¡Notarás el ahorro de energía! También puedes instalar detectores de presencia que apaguen automáticamente las luces. Así no te dudarás de si las has apagado o no cuando te marches.

Apuesta por la climatización eficiente

El gasto energético en climatización se puede reducir con gestos como estos:

  • ¿Aprovechas la ventilación natural? No enciendas el aire acondicionado por norma. A veces, abrir las ventanas es suficiente para renovar el aire de una habitación y refrescar el ambiente.
  • En cambio, si tienes la calefacción o el aire acondicionado encendidos, vigila que las ventanas no estén abiertas. Si se escapa el frío/calor el sistema de climatización consumirá mucha más energía para alcanzar la temperatura de confort a la que se ha programado.
  • Y por supuesto ¡No derroches! Si una habitación está vacía, apaga el sistema de calefacción/climatización de esa estancia ¡No lo necesitas!

¿Cómo son los equipos que utilizas?

¿Toca renovar el equipamiento con el que trabajas? Ten en cuenta que elegir entre un equipo u otro no debe ser solo una elección basada en la estética o el tamaño, sino también en la energía que se consume:

  • Un ordenador portátil consume un 50% menos que uno de sobremesa. Asimismo, una pantalla plana  consume un 50-70%  menos que  una convencional.
  • ¿Sabías que puedes usar equipamiento que funcione con energías renovables? Todavía queda mucho por avanzar en esta área, aun así, existen pequeños gadgets como por ejemplo calculadoras o cargadores que funcionan con energía solar. ¡Todo cuenta cuando se pretende saber cómo contribuir al ahorro energético en el trabajo!

Pide la colaboración de todas las personas

Para combatir el derroche energético es fundamental informar a todas las personas de la organización cómo contribuir al ahorro energético. ¡Depende y mucho de ellas!

Pequeños hábitos como estos contribuirán a disminuir el volumen de energía consumida:

  • Los equipos que funcionan con energía eléctrica es mejor que permanezcan desenchufados, especialmente durante periodos largos de inactividad como vacaciones o fines de semana.
  • El modo stand-by de algunos aparatos eléctricos no es una buena opción para ahorrar energía; todo lo contrario, el consumo de energía que puede suponer al final del año es más elevado de lo que las personas creen.
  • Si utilizas ordenador para trabajar, úsalo de forma eficiente para ahorrar energía. Ajusta el brillo de la pantalla del monitor a nivel medio. Utiliza fondos de escritorio oscuros y salvapantallas negro, tras 10 minutos de inactividad. Apaga la pantalla del monitor en paradas de unos 10 minutos  y el ordenador cuando sean de más de 1 hora.

¡Fíate del consejo de los expertos en eficiencia energética!

Para saber de forma más acertada cómo contribuir al ahorro de energía fíate de un experto de gestión energética que realice una auditoría y diagnóstico personalizado del lugar en el que trabajas. En Remica contamos con una amplia experiencia probada en el sector. ¿Hablamos? Tel.: 91 396 03 00 / email: remica@remica.es

¿Conocías estos métodos de cómo contribuir al ahorro energético? ¿Hay algún método más que utilizas y consideras útil? ¡Cómpatelo con nosotros en la sección de comentarios que hallarás al final de este artículo!

Sabías que…

  • El uso de electricidad procedente de energías renovables y fuentes más limpias en las operaciones necesarias para el funcionamiento de la red de Metro de Madrid durante el año 2014 han supuesto la reducción en más de un 50 por ciento de su huella de carbono.
  • Utilizar la bicicleta como medio de transporte para ir a trabajar en sustitución del coche generaría un ahorro de más de 3.400 millones de euros para la economía española. Así lo señala un estudio elaborado por Tuvalum, el portal de compraventa de ciclismo y triatlón entre particulares.
  • La temperatura interior recomendada para el interior de las oficinas es de 23-25ºC en verano y 20-22ºC en invierno. Por cada grado centígrado adicional se puede llegar a emplear hasta un 7% más de energía.
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